Cuando las personas optan por vivir en un cohousing y envejecer juntas asumen que van a compartir también el final de la vida, que van a despedir o ser despedidas por quienes han estado acompañando y cuidando en esta etapa.
Aprender a despedirnos de manera adecuada, cumpliendo los deseos de la persona que nos deja y, al mismo tiempo, ayudando a iniciar el proceso de duelo del grupo, es el leitmotiv de la conversación entre Lourdes Bermejo y Josep París, enfermero experto en enfermería geriátrica, con más de 12 años de experiencia en empresas funerarias para hablar sobre ritos y toma de decisiones que ayuden a preparar y a acompañar el final de la vida.
Para Josep París, es importante que cada persona pueda decidir su propio ritual de despedida y dejarlo “escrito y pautado”, para que la familia o el entorno cercano puedan dedicarse a otros temas más importantes, liberándose así de lidiar con “todo el carrusel de trámites burocráticos y de decisiones que se han de tomar en pocas horas y muy en caliente”.
Este profesional considera que, dejar decidida la parte «nuclear» de la despedida, permite a la familia enfocarse en otros aspectos, como avisar a familiares y amistades o plantear el tipo de ceremonia y las palabras que se dirán. A su juicio, hablar de la muerte y de las decisiones que implica tomar rompe con el estigma y respeta la voluntad de las personas.
Josep París pone el acento en la importancia de participar en los rituales y ceremonias de despedida como acto «fundamental para poder iniciar ese proceso de duelo en el formato y la forma que cada uno considere más óptima». Los rituales, según París, permiten pensar en la persona fallecida con “el cariño que teníamos” y ayudan a mitigar «un poco el dolor inmediato».
En el marco de esta conversación, Josep París aborda también la cuestión de si es conveniente o no la presencia de niños y niñas en las ceremonias. Su recomendación es preguntarles si quieren asistir y, en relación con esto, señala que cada vez más tanatorios cuentan con recursos como “libros infantiles que hablan de la muerte y el duelo”. En su opinión, las personas más jóvenes deben estar integradas en estos espacios de despedida porque así, cuando “sean adultas van a tener mucho más interiorizado lo que es despedir a un ser querido”.
A juicio de este experto, abrir espacios de reflexión y recogimiento es fundamental, ya que permiten “hablar de la muerte, recordar a la persona en fechas significativas y reflexionar sobre nuestra propia muerte”. En este sentido, cualquier acción para recordar a una persona “va a ser importante” para quienes están presentes, al fomentar un sentimiento de pertenencia y soporte mutuo en la comunidad.
En cuanto a la legislación, París recuerda que, dado que las normativas varían según la comunidad autónoma, es importante informarse con antelación. A modo de ejemplo, explica que «no es obligatorio velar en tanatorio” y que, en muchos casos, se permite velar en el domicilio y realizar ceremonias en diferentes lugares según se desee.
En relación con otros aspectos más pragmáticos relacionados con el final de la vida, en la conversación se menciona la aparición de seguros y servicios funerarios avanzados que permiten a las personas elegir y pagar por adelantado los detalles de su despedida. En caso de optar por este tipo de seguros, Josep París aconseja informarse bien de lo que cubre cada seguro para evitar sorpresas y problemas en el momento de la defunción.
