Torrijos, pueblo toledano situado estratégicamente entre la capital provincial y Talavera de la Reina, acoge en sus calles una casa diferente, un hogar que plantea que envejecer de otra forma es posible. Gestionada por la asociación Cicerón, comprometida desde su creación en 1982, tanto con la Atención Integral y Centrada en la persona (AICP)— que desde sus propios documentos califican como la “atención humana adaptada a los deseos y necesidades de las personas mayores”— como por evitar la desvinculación de las personas mayores con su medio y costumbres habituales.
Las personas que viven en la casa no viven en una residencia, la Casa de Mayores de Torrijos da una respuesta diferente a la institucionalización, y eso ofrece resultados diferentes. Así, María Moraleda, responsable de proyectos de la Asociación Cicerón, destaca que han observado que el deterioro cognitivo de las personas usuarias de la casa avanza más lentamente.
Las razones seguramente están en las bases que marcan todos los proyectos de la asociación: reconocer y promover la libertad y la autonomía de las personas usuarias para que lleven a cabo sus proyectos de vida, y que estos proyectos de vida puedan ser una continuación del que llevaban adelante antes de mudarse a esta casa, porque pueden mantener su ocio, sus amistades, en definitiva, “continuar con su vida”, como expresa María Moraleda.
Una hogar para toda la vida
A lo largo de la estancia de una persona en la Casa de Mayores de Torrijos,. la asociación lleva a cabo con ella, teniendo en cuenta sus necesidades y preferencias, planes de cuidados personalizados que tienen en cuenta desde las actividades más básicas de la vida cotidiana, pasando por las más instrumentales, hasta la relación con la comunidad. Esta labor de análisis y personalización se aborda desde el trabajo en equipo y con las personas mayores como protagonistas.
La casa, preparada para acoger hasta a 12 personas, ofrece un ambiente donde la participación y la autodeterminación son pilares fundamentales. Situada en pleno casco histórico de Torrijos, hace posible que las personas usuarias continúen con muchas de las actividades que ya realizaban antes de vivir en ella. No son meros huéspedes, sino protagonistas de sus propias vidas.
“El menú lo elegimos entre todos”
Un buen ejemplo del grado de personalización en la Casa de Mayores de Torrijos es la elección de las comidas, uno de los momentos más importantes de cada día y que, en las residencias convencionales, suele estar en manos de la organización. Aquí no hay lugar para los menús predefinidos, ya que a través del grupo de menú, dinamizado por la coordinadora de la casa, son las propias usuarias quienes consensúan los platos que desean comer. Esta práctica no solo promueve una alimentación más personalizada y un mayor compromiso personal por la salud, sino que también fortalece el sentido de comunidad y cooperación entre todo el grupo, que se refuerza a través de asambleas de convivientes mensuales, donde se abordan los conflictos comunes.
En la vivienda también disponen de atención física, para tratar de mantener las capacidades funcionales, unas capacidades que también se trabajan participando en las tareas cotidianas. La comida está supervisada por una trabajadora de la asociación, pero el peso principal de su preparación recae en una usuaria que no quiere perder la costumbre de cocinar cada día. Estas son solo algunas de las razones que hacen de la Casa de Mayores de Torrijos un modelo diferente y, sin duda, replicable en muchas otras poblaciones.
Dar a conocer el modelo
Alternativas como la de la Casa de Mayores de Torrijos son todavía poco conocidas por la sociedad y las Administraciones. Darlas a conocer es, probablemente, uno de los mayores obstáculos para lograr que cale en la población la idea y los ejemplos de que es posible envejecer de otra forma, de que existen alternativas a la institucionalización tal y como se ha entendido hasta ahora.
El ejemplo de la Asociación Cicerón en Torrijos muestra que las Administraciones públicas con competencias en materia de cuidados, especialmente desde el ámbito local, deben escuchar las necesidades de las personas mayores y apostar por nuevos modelos que permitan envejecer en el propio entorno con los apoyos y cuidados necesarios, atendiendo al contexto y a las características específicas de cada comunidad. Tal y como comenta María Moraleda, en comunidad somos capaces de cuidarnos mejor.
Puedes ver a continuación la conversación que tuvimos con María Moraleda.