Representantes de las Administraciones públicas y del movimiento de vivienda colaborativa de la Comunidad Valenciana pusieron en común retos y posibles soluciones para promover esta alternativa de vivienda y convivencia en el territorio en el encuentro del 12 de diciembre en la Universidad de Alicante.
Tras la presentación por parte de las cooperativas de sus respectivas estrategias de cocuidado, el 12 de diciembre en la Universidad de Alicante tuvo lugar una mesa de diálogo que reunió a representantes de las Administraciones públicas (en este caso de la Generalitat Valenciana y del Ayuntamiento de Alicante) y del movimiento de la vivienda colaborativa de la Comunidad Valenciana.
Jorge Toledo, arquitecto y consultor experto en cohousing, fue el encargado de moderar esta mesa, cuyo objetivo era poner en común las demandas del movimiento de vivienda colaborativa con la realidad y los requerimientos de una Administración para garantizar una serie de servicios y de calidad de vida a los ciudadanos, en este caso desde la realidad de la Comunidad Valenciana.
En la mesa participaron David Osset Borrell, jefe de Servicio de Regeneración Urbana de la Dirección General de Vivienda (Vicepresidencia Segunda y Conselleria de Servicios Sociales, Igualdad y Vivienda de la Generalitat Valenciana); María López Colmena, jefa del Programa de Inclusión del Departamento de Acogida de Urgencia (Concejalía de Bienestar Social del Ayuntamiento de Alicante); Maite Ripoll Asensi, jefa del Departamento de Gestión y Coordinación del Patronato Municipal de Vivienda (Ayuntamiento de Alicante); Sara Vayá Alonso, representante de COHABITEM (Coordinadora por la Regulación con Financiación Pública de la Covivienda Valenciana), y Francisco Pérez-Caballero Martín de Santa-Olalla, consejero de CONCOVAL (Confederació de Cooperatives de la Comunitat Valenciana) y de FECOVI (Federación de Cooperativas de Viviendas y Rehabilitación de la Comunitat Valenciana).
La conversación partió de la situación de la Comunidad Valenciana en relación con los últimos movimientos normativos para regular la vivienda colaborativa o cohousing. David Osset valoró las experiencias presentadas en la mesa anterior y reconoció que, dado que el cohousing todavía no es “el modelo ordinario, el modelo ortodoxo hay que intentar ver qué pasa” desde el punto de vista de su encaje en la “normativa rígida de vivienda que hay hasta ahora”.
Osset se dirigió a las cooperativas para aplaudir que estén “explotando el modelo de vivienda. Igual es más importante eso que que tenga tantas habitaciones, tantas cocinas… pero de alguna forma hay que regularlo”.
El representante de la Generalitat hizo un repaso de la normativa valenciana en relación con las viviendas colaborativas, que rompen con la tipología ordinaria de vivienda. David Osset se refirió a la cobertura legal de este modelo desde el ámbito de la vivienda y de los servicios sociales.
Por parte del sector cooperativo, Francisco Pérez-Caballero destacó la colaboración público-cooperativa entre FECOVI y la Generalitat, que ha permitido, por ejemplo, la publicación de la Guía jurídica y fiscal del cohousing cooperativo en la Comunidad Valenciana en 2020. En su opinión “la Comunidad Valenciana es lo más puntero que hay en todo el Estado español en el tema de cohousing y vivienda colaborativa. Es la comunidad que más se mueve en ese aspecto tanto en normativa como en grupos, somos de los más activos”.
Maite Ripoll, del Ayuntamiento de Alicante, destacó que su “concepto de vivienda como elemento vertebrador de la vida de la persona siempre ha ido alrededor de la vivienda colaborativa”. Esta filosofía, centrada en la creación de comunidad, es la que permitió en 2009 llevar adelante los apartamentos intergeneracionales de la ciudad, todo un referente para modelos de convivencia alternativos y que “es el proyecto con mayor impacto social de los que tenemos”, afirmó Ripoll, por eso su intención es replicarlo.
El edificio, construido sobre suelo dotacional, se proponía inicialmente a ofrecer viviendas a personas mayores porque se dieron cuenta de que había una gran demanda de casas accesibles para evitar que haya personas mayores “que no pueden salir de su casa porque no tienen un ascensor”, algo que ocurría en el año 2000, cuando arrancó el proyecto de apartamentos intergeneracionales y, lamentablemente, sigue pasando en 2023. Sin embargo, se dieron cuenta de que un proyecto para distintas generaciones podía resultar más interesante, como al final han comprobado.
Sara Vayá, de COHABITEM, plataforma que agrupa a 300 personas de 11 proyectos ce vivienda colaborativa en cesión de uso en la Comunidad Valenciana, felicitó a las cooperativas que habían presentado sus estrategias de cocuidado y enumeró algunos de los principios que caracterizan a la vivienda colaborativa:
- Sin ánimo de lucro y propiedad cooperativa.
- Espíritu comunitario.
- Vivienda accesible, asequible, inclusiva.
- Viviendas más baratas, más sostenibles y ecológicas.
- Efecto protector contra la gentrificación, la soledad no deseada y situaciones difíciles como la vivida durante la pandemia.
- Atención a colectivos en situación de vulnerabilidad.
La representante de COHABITEM destacó que “lo que nos mueve no es el beneficio económico, lo que nos mueve es ser dueños de nuestra vida” y que este modelo respeta la interdependencia como característica esencial del ser humano y, por ello, “estamos previniendo enfermedad, promocionando salud y generando seres humanos maduros”. Por todo ello se mostró convencida en la necesidad de trabajar para “que la sociedad lo conozca, se haga partícipe” y contribuir así a su crecimiento y replicabilidad. En este sentido, Sara Vayá recordó que forman parte del Grupo de Trabajo de Vivienda de la Red de Redes de Economía Alternativa y Solidaria (REAS), que articula el movimiento a nivel estatal.
En relación con el potencial de las viviendas colaborativas o cohousing para acoger a los colectivos en riesgo de exclusión social, María López, del Ayuntamiento de Alicante señaló que los servicios sociales del consistorio alicantino también trabajan desde lo comunitario con un enfoque de atención integral y centrada en la persona y destacó que estos nuevos modelos de viviendas colaborativa son un estímulo para que la Administración se adapte “a estas nuevas realidades”.
López agradeció a las cooperativas los aprendizajes de la sesión de presentación e estrategias de cocuidado porque “es una vía más para complementar, incluso mejorar y hacernos cambiar la manera de mirar los cuidados a todas las personas”.
Desde el punto de vista de cómo puede contribuir el modelo en colectivos en situación de exclusión social, María López reconoció que estos nuevos modelos “son un sistema de prevención para que la gente no llegue a una situación de exclusión o a una situación de dependencia”, pero aseguró que “integrar a las personas que están en peores dificultades dentro de estos modelos” requiere de tiempo, colaboración y conocimientos para entender mejor “cómo se integran estos nuevos modelos en la comunidad”.
Retos del modelo y propuestas de las Administraciones valencianas
Por parte de FECOVI y CONCOVAL identifican cinco retos para el desarrollo del cohousing. Suelo asequible.
- Financiación.
- Profesionalización (es necesaria más formación).
- Difusión (para poner en común a grupos y personas interesadas).
- Vida comunitaria.
Para afrontar estos retos, Francisco Pérez-Caballero hizo un llamamiento a la Administración, ya que tiene capacidad normativa y puede facilitar suelo asequible y financiación, al tiempo que abogó por profundizar la colaboración público-cooperativa.
Precisamente desde la Administración, la Generalitat Valenciana anunció que va a poner en marcha unas ayudas para el fomento del cohousing para mayores de 65 años con bajos ingresos dentro del Plan Estatal de Vivienda 2022-2025 al que también pueden acogerse proyectos en marcha. David Osset precisó el importe te estas ayudas, que será de hasta el 50 % de la inversión (tramo estatal) más un 25 % de la Generalitat, con un tope de 420 €/m2 de superficie útil privativa y común (espacios dedicados a la interrelación), incrementado en 210 €/m2 por la Generalitat o hasta 50000 euros por unidad residencial (más 25000 € aportados por la Generalitat). Estas ayudas también marcarán un límite a los precios del arrendamiento. Estas ayudas son compatibles con otras (excepto del Plan Estatal de Viviendas),
Respecto a si las cooperativas pueden acceder a esas ayudas, David Osset recordó que, al tener la doble condición de promotor y residente, deben cumplir con los requisitos previstos para las personas residentes (edad y nivel de ingresos) y dejó abierta la puerta a que si una parte del proyecto cumple con los requisitos pueda acogerse a estas subvenciones (en el caso, por ejemplo, de los cohousing intergeneracionales).
Por parte del Ayuntamiento de Alicante, Maite Ripoll anunció que tienen previsto hacer 82 viviendas en régimen de arrendamiento en el barrio de Benalúa de Alicante que contarán con un centro comunitario social. La idea inicial es que sea un proyecto intergeneracional, aunque esto todavía no es definitivo.
Por parte del movimiento de vivienda colaborativa, tanto FECOVI y CONCOVAL como COHABITEM mostraron su disposición a ejercer como interlocutores ante las Administraciones y abogaron por intensificar la colaboración público-cooperativa. La portavoz de COHABITEM, Sara Vayá pidió expresamente al representante de la Generalitat que acompañe a un proyecto de cada provincia (con financiación y seguimiento de todas las necesidades) para generar conocimiento que se pudiera extender después.
Al término del acto, Clarisa Ramos Feijóo defendió que la Administración atienda los cuidados de larga duración con un enfoque transversal en el que estén involucrados distintos departamentos, no solo vivienda o servicios sociales, también hacienda, sanidad, etc. y recordó que el enfoque de atención integral y centrada en la persona implica una “continuidad de los cuidados”.
El vídeo de la sesión está disponible en este enlace.