La Casa de la Cultura de la localidad cacereña albergó el pasado 10 de marzo el estreno de este documental, que reúne testimonios de vecinos, vecinas y distintos agentes comunitarios que explican cómo es la vida en el pueblo y qué aporta el proyecto Comunidades de Cuidados. Además, se presentó el grupo motor que está liderando esta iniciativa.
El documental, cuya grabación comenzó el pasado mes de noviembre, permite descubrir, de la mano de quienes viven o trabajan allí, cómo es el día a día en el municipio, los recursos de los que dispone y las oportunidades para trabajar en común para facilitar que las personas mayores puedan vivir en sus hogares. La realización de este recurso audiovisual constituye en sí misma una intervención para desarrollar la red vecinal de apoyo mutuo, ya que permite visibilizar los conocimientos y opiniones de sus protagonistas para resignificar el valor del envejecimiento como un proceso vital en el que está implicada toda la comunidad. Se trata de una iniciativa de UDP, entidad que coordina el proyecto Comunidades de Cuidados en los pueblos extremeños participantes.
Mediante la palabra de vecinas y vecinos, de la alcaldesa del pueblo, de representantes de los servicios sociosanitarios presentes en la localidad, así como de diversos negocios privados, la cinta permite adentrarse en la vida cotidiana de Casas del Castañar. La cercanía, la solidaridad y unos ritmos y tiempos más sosegados que en la ciudad, que facilitan que se pueda “contar con los vecinos”, son algunos de los rasgos más destacados de la cotidianidad casareña.
Entre los retos principales que afronta el pueblo, comunes a todo el mundo rural del país, están la despoblación y el progresivo envejecimiento de la población, que exigen actuaciones de las Administraciones para garantizar que se dan las condiciones para una vida plena en estos territorios.
En este sentido, la acogida del proyecto Comunidades de Cuidados no puede ser más alentadora. El documental deja constancia del interés y la implicación de la población y de diversos agentes institucionales para desarrollar una red de cuidados que permita a las personas mayores cumplir su deseo: seguir viviendo en sus hogares con la atención que precisen en cada momento.
Uno de los aspectos más interesantes de este documental es que muestra que una comunidad de cuidados involucra no solo a las personas que precisan apoyos y a quienes se los prestan, sino al conjunto del pueblo, desde los pequeños negocios que mantienen viva la economía local -muy basada en la agricultura, pero en la que también tiene mucho peso el turismo rural- a los servicios públicos esenciales como la sanidad y la educación.
Tanto la realización del documental durante varios meses como su estreno en una Casa de la Cultura abarrotada para la ocasión, han servido para afianzar el proyecto de Comunidades de Cuidados en Casas del Castañar y darle visibilidad. Igualmente significativa es la constitución de un grupo motor encargado de liderar el desarrollo de esta iniciativa, grupo motor que aprovechó el acto para presentarse públicamente.
Firma del acuerdo de colaboración entre Comunidades de Cuidados y el Ayuntamiento de Casas del Castañar
Con motivo del estreno del documental, se formalizó el acuerdo de colaboración entre Comunidades de Cuidados y el Ayuntamiento de la localidad. En este acto intervinieron María Asunción Calle del Consuelo, alcaldesa del pueblo; José Ramón Herrero Domínguez, presidente de la Mancomunidad Valle del Jerte; Iluminada Martín Llorente, presidenta de la asociación de mujeres “La flor del cerezo” y portavoz del grupo motor; Javier del Monte Diego, responsable a nivel nacional del proyecto Comunidades de Cuidados, y José Vicente Granados, director gerente del Servicio Extremeño de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a la Dependencia (SEPAD).
La alcaldesa enumeró los servicios domiciliarios con los que ya cuenta el pueblo, como atención a domicilio, comida a domicilio, y atención a la soledad (un servicio que ofrece la Junta de Extremadura) y expresó su firme compromiso con el proyecto para facilitar que las personas mayores sean protagonistas de sus cuidados, incluso poniendo en manos de las asociaciones ciertos servicios que hasta ahora se ofrecen de manera individualizada. “Gracias a la ayuda de Comunidades de Cuidados podremos ofrecer una ayuda más efectiva y sobre todo, como las personas mayores quieren”, aseguró.
Por su parte, José Vicente Granados destacó la importancia de tener claro el sentido de comunidad y, en relación con el proyecto de Comunidades de Cuidados, señaló que “este modelo es fácilmente replicable en otros pueblos. Pueblos donde la comunidad cuida a la comunidad, codo a codo con las administraciones”. “Sois un espejo donde nos miramos”, aseguró a todas las personas presentes en la Casa de la Cultura casareña.
El director gerente del SEPAD también subrayó la necesidad de que asumamos que “aun teniendo dependencia, puedo seguir tomando decisiones en mi vida”. Esto “obliga -admitió- a una reeducación” y anunció que están regulando este derecho “en un decreto de obligado cumplimiento, para que pueda vivir cada persona donde quiera, como quiera”.
Con esta firma, Casas del Castañar certifica su compromiso para desarrollar redes vecinales de apoyo mutuo, con las personas mayores como eje, pero con la voluntad de que esta iniciativa contribuya a dinamizar la vida de toda la población de este municipio cacereño.
La amplia participación de entidades y personas, tanto desde el ámbito comunitario como institucional (a nivel local, comarcal y regional), muestra el alto grado de compromiso con este proyecto y el interés que ha despertado en toda la zona, como demostró también la presencia de otros alcaldes de localidades próximas.
La línea de trabajo de Comunidades de Cuidados denominada “Cuidados en el entorno comunitario” está dedicada al fomento de redes vecinales de apoyo en entornos rurales. Junto con Casas del Castañar, forman parte de esta línea Eljas y Santa Cruz de la Sierra (también en la provincia de Cáceres), Fresnedillas de la Oliva (Comunidad de Madrid), Maranchón (Guadalajara) y Muñoveros (Segovia). Está coordinada por la Unión Democrática de Pensionistas (UDP) y la asociación Andecha.
Un guiño al 8M contra el edadismo: “¿Que cuántos años tengo?”
Junto al documental, con motivo de la celebración esa misma semana del 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer, en la Casa de la Cultura también se proyectó el vídeo en el que varias mujeres de la localidad recitan el poema “¿Qué cuántos años tengo?”, un canto al orgullo y al valor de ser mayor que, fruto de la iniciativa de la Unión Democrática de Pensionistas en 2021, ha alcanzado una gran difusión.
¿Qué cuántos años tengo?
¡Qué importa eso!
¡Tengo la edad que quiero y siento!
La edad en que puedo gritar sin miedo lo que pienso.
Hacer lo que deseo, sin miedo al fracaso o lo desconocido…
Pues tengo la experiencia de los años vividos
y la fuerza de la convicción de mis deseos.
¡Qué importa cuántos años tengo!
¡No quiero pensar en ello!
Pues unos dicen que ya soy viejo
otros «que estoy en el apogeo».
Pero no es la edad que tengo, ni lo que la gente dice,
sino lo que mi corazón siente y mi cerebro dicte.
Tengo los años necesarios para gritar lo que pienso,
para hacer lo que quiero, para reconocer yerros viejos,
rectificar caminos y atesorar éxitos.
Ahora no tienen por qué decir:
¡Estás muy joven, no lo lograrás!…
¡Estás muy viejo, ya no podrás!…
Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma,
pero con el interés de seguir creciendo.
Tengo los años en que los sueños,
se empiezan a acariciar con los dedos,
las ilusiones se convierten en esperanza.
Tengo los años en que el amor,
a veces es una loca llamarada,
ansiosa de consumirse en el fuego de una pasión deseada.
y otras… es un remanso de paz, como el atardecer en la playa…
¿Qué cuántos años tengo?
No necesito marcarlos con un número,
pues mis anhelos alcanzados,
mis triunfos obtenidos,
las lágrimas que por el camino derramé al ver mis ilusiones truncadas…
¡Valen mucho más que eso!
¡Qué importa si cumplo cincuenta, sesenta o más!
Pues lo que importa: ¡es la edad que siento!
Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos.
Para seguir sin temor por el sendero,
pues llevo conmigo la experiencia adquirida
y la fuerza de mis anhelos
¿Qué cuántos años tengo?
¡Eso!… ¿A quién le importa?
Tengo los años necesarios para perder ya el miedo
y hacer lo que quiero y siento!
Qué importa cuántos años tengo.
o cuántos espero, si con los años que tengo,
¡aprendí a querer lo necesario y a tomar, solo lo bueno!